En la mayoría de los rotores y estatores, el núcleo se forma «apilando» placas de acero (silíceas o no), aisladas entre sí y prensadas uniformemente, formando un conjunto sólido.

En las máquinas que trabajan a altas temperaturas (cercanas al límite de temperatura del material aislante), el aislamiento entre las placas se deteriora con el tiempo, provocando la aparición de corrientes parásitas o «eddy currents», que circulan entre las placas del núcleo que están en cortocircuito. La temperatura en este lugar puede ser a menudo de 30 a 40ºC más alta que la temperatura media del núcleo.

La prueba más utilizada para detectar posibles «puntos calientes» es la «prueba de bucle». Envolvemos bobinas alrededor del núcleo magnético donde se calcula la cantidad de vueltas para conseguir un flujo similar al nominal. El núcleo se deja energizado hasta que su temperatura se estabiliza y las diferencias de temperatura se evalúan mediante termovisión.

Si se identifican uno o más puntos en los que la variación de temperatura es superior a la media (10ºC o más), estos puntos deben ser investigados y/o reparados. La reparación se realiza mediante el desmontaje completo del núcleo, el desmontaje del material aislante, la aplicación del nuevo aislamiento y el montaje.

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